viernes, 11 de diciembre de 2015

Nutrición en personas con Diabetes



Por Lic. Cynthia Figuera
La alimentación es uno de los factores clave en el tratamiento de las personas con diabetes, ya que los nutrientes que usted consume son absorbidos en el intestino y pasan a su sangre donde serán distribuidos hacia los órganos que los requieran, sea para aportar energía o para construcción y recambio celular. Para llevar a cabo esta distribución de nutrientes el organismo produce varias hormonas y una de las principales es la insulina, que interviene en el metabolismo de carbohidratos, proteínas y grasas.

Si eres diabético, tu cuerpo no es capaz de producir suficiente insulina o la insulina que produce no actúa en forma adecuada, de manera que no puede distribuir ni utilizar estos nutrientes como debe ser. El principal nutriente afectado es la glucosa por lo cual ésta aumenta en la sangre a niveles superiores al rango normal (70 -110 mg/dl). La finalidad de seguir un plan de alimentación en la persona con diabetes es suministrarle la cantidad de energía, proteínas, carbohidratos y grasas que su organismo pueda utilizar adecuadamente y coordinar esto con el tratamiento médico (sea insulina o agentes hipoglicemiantes orales) y con el ejercicio físico.

Las necesidades nutricionales de la persona con diabetes deben ser calculadas por un profesional en nutrición, después de una cuidadosa evaluación que incluye además del peso corporal, la estatura, la edad, los exámenes de laboratorio, y los hábitos alimenticios del individuo. 
Una vez que se estudian los factores mencionados, se calculan las necesidades individuales tomando en cuenta las calorías, proteínas, grasas, y carbohidratos.

Calorías 
Se refiere a la cantidad de energía que necesita el organismo para realizar sus funciones básicas (respiración, recambio celular, excreción de toxinas, etc.) y a ésta se suman la energía necesaria para el crecimiento (en caso de niños y adolescentes) y para realizar actividad física. La cantidad de calorías que una persona necesita varia según la edad, estatura y peso. Si eres una persona con exceso de peso debes consumir menos energía de la que gasta tu organismo para que puedas consumir la energía que tienes acumulada en tu grasa corporal, en este caso la dieta indicada se llama hipocalórica o baja en calorías. Si tienes un peso adecuado tu plan de alimentación será normocalórico. Si tienes bajo peso tendrás que consumir más calorías para ganar peso (dieta hipercalórica). 

Las calorías o energía que aportan los nutrientes son:

Proteínas: 4 calorías por gramo. 

Grasas: 9 calorías por gramo. 

Carbohidratos: 4 calorías por gramo. 

¿Que son las proteínas? 
Son sustancias formadas por aminoácidos que el organismo utiliza para la formación de células. Se encuentran principalmente en los alimentos de origen animal tales como: pollo, pescado, carnes, huevo, leche, quesos. También se encuentran en algunos alimentos vegetales, como los granos (frijoles, lentejas, etc.). 

La cantidad de proteínas necesaria se calcula individualmente y no deben ser consumidas en exceso, ya que si bien no aumentan los niveles de azúcar en la sangre, ellas aportan también grasas saturadas, y aunque le quitemos la piel al pollo o la grasa a la carne, entre sus fibras queda algo de grasa que no vemos. Por otra parte el exceso de alimentos de procedencia animal pueden sobrecargar el trabajo de los riñones. 

Lípidos o grasas
Son sustancias que aportan gran cantidad de energía o calorías. No deben eliminarse totalmente de la dieta sino saber que tipo de grasa es buena y consumirla en cantidades moderadas. 

Las grasas saturadas están presentes en los alimentos de origen animal (manteca, tocineta, mantequilla). Al calentar los aceites, éstos también se convierten en grasas saturadas. Las grasas saturadas tienen efectos muy dañinos ya que elevan los niveles de colesterol en la sangre y pueden provocar obstrucción de las arterias. También se encuentran en algunas grasas vegetales como el aceite de palma y el coco. 

Las grasas insaturadas o polinsaturadas se encuentran en los aceites como el de maíz, girasol, ajonjolí, y margarinas. Es seguro consumirlas en crudo (sin calentar) y en cantidades moderadas (para aderezar las ensaladas). 

Las grasas monoinsaturadas están presentes en la aceituna, aguacate, y aceite de oliva. Este tipo de grasas no tienen efectos dañinos sobre el nivel de colesterol en la sangre, y también pueden ser consumidas en cantidades moderadas.

Carbohidratos o glúcidos
Los carbohidratos se pueden dividir en dos grupos Sencillos y Complejos. Hasta hace varios años existía la creencia que los diabéticos debían evitar el pan, arepa, pasta, papa, cambur, uvas etc, hoy en día se recomienda el consumo de estos alimentos en cantidades que varían según las necesidades individuales. 

Los carbohidratos sencillos son los que se absorben más rápidamente en el torrente sanguíneo, como el azúcar blanca o morena (sacarosa), la miel, el papelón, etc. Su consumo debe evitarse, a menos que sean permitidos en cierta cantidad por el profesional en nutrición que lo asesore. 

Las frutas también contienen carbohidratos sencillos (fructosa), pero como contienen fibra su consumo es permitido a diario en las cantidades individualmente requeridas. 

Los carbohidratos complejos son los que están en el maíz, trigo, avena, y derivados (arepa, pan, galletas, pasta), también están en los tubérculos como papa, yuca, apio, ocumo y en el plátano. Todos pueden incluirse en la alimentación de las personas con diabetes respetando las necesidades individuales. Ellos se absorben más lentamente en la sangre y siempre se recomienda consumirlos en forma integral por su alto contenido de fibra, sin embargo no se elimina el pan blanco ni los cereales, que no sean integrales. 

Lic. Cynthia Figuera
Nutricionista especialista en Endocrinología y metabolismo.

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